Archive for enero 2013

Brindar con agua canela

photos7

En algún lugar leí que un baobab, el característico árbol africano, fue arrancado por los dioses y enterrado al revés como castigo al hombre. Esa particular forma de su copa recuerda unas raíces, de ahí la leyenda. En un documental sobre comunidades africanas dedicaron un capítulo a una familia que dependía de uno de estos árboles para vivir. El padre recorría kilómetros desde su aldea acompañado de su hijo para recoger agua. El interior del tronco era hueco y lo convirtieron en un aljibe. Había que trepar unos metros utilizando una rudimentaria  escalera y a través de una pequeña abertura se introducía un cubo que sostenían con una cuerda. Y como si de un pozo se tratara se turnaban y extraían el agua. El árbol era vital para la familia. Y a pesar de ser muy turbia la bebían felices. De regreso a casa sus rostros lo manifestaban.

Un amigo muy conocedor de las costumbres africanas en una ocasión presenció una danza ritual en un poblado. Una anciana sostenía sobre sus brazos el cadáver de su nieto. A pesar del intenso dolor se movía sin perder el ritmo y su rostro no vertió ninguna lágrima. Se mantenía en pie con una gran entereza. Cuando vi esta  fotografía de Sebastiao Salgado este recuerdo que guardo desde hace años afloró.

La posición de las manos, la expresividad de los dedos y el juego de luces son extraordinariamente elocuentes. Canalizan y dirigen toda la atención hacia su rostro. Como todos los ancianos esta mujer seguro que es un crisol  de sabiduría y experiencia, porque ha vivido lo suficiente para atesorar un conocimiento que no se aprende en los libros. Que solo puede ser transmitido mediante la palabra y que cuando muera se irá con ella. La amargura y desolación de su cara, a pesar de ser un síntoma de sufrimiento, probablemente sea la exteriorización de los sucesos de la vida que le tocó vivir sin momentos de felicidad. Algo a lo que están acostumbradas las Hermanas de la Caridad en los suburbios de Calcuta, por ejemplo, muy familiarizadas con la pobreza y el sufrimiento.

Y hoy, en este primer día del año, que tire la primera piedra el que admita ser feliz si tuviera que ir al baobab a buscar agua canela*, a soportar con entereza un revés de la vida sin rechistar o a disfrutar de las cosas sencillas sin los excesos del cava y el turrón. Esta foto es admirable y su mensaje lo es aún más.

(*) Del color de la cáscara de la castaña, según el Diccionario ejemplificado de canarismos, del Instituto de Estudios Canarios.

Origen de la imagen: http://www.praxisenamericalatina.org/7-11/pics/photos7.jpg

Autor: Sebastiao Salgado