Si buscas en Internet seguro que encontrarás multitud de artículos que explican la relación o las diferencias que existen entre el diseño gráfico y la arquitectura. Yo no voy a entrar en eso precisamente por la gran cantidad de información que hay al respecto y porque no soy arquitecto. No puedo hablar de lo que no sé. Pero como el diseño gráfico es una de las áreas que controlo a través de la dirección de arte, sí creo encontrarme en disposición de contemplar ciertos paralelismos en lo concerniente a la composición. Me explico. Las formas de los objetos próximos a un edificio pueden alterar las líneas de éste. El arquitecto es consciente de la influencia del entorno sobre su proyecto final. No puede concebir su obra como algo aislado en el vacío más absoluto.
El diseñador gráfico debe tener en cuenta el espacio interno y el externo que inciden sobre su diseño. Es un error pensar solo con los límites de la pantalla del ordenador y no ir más lejos. Nuestro anuncio de prensa, por ejemplo, estará rodeado por las columnas, las fotografías y el resto de inserciones de la página. Y no se pueden pasar por alto. Ese particular contexto y otros más complejos hay que tenerlos muy presentes a la hora de concebir un proyecto que será aplicado en infinidad de soportes diferentes. Lo básico, y a la vez complicado, comienza con la composición tipográfica. A través de ella hay que contemplar el espacio entre letras, entre palabras y entre líneas. Un ejercicio que combina y relaciona el espacio interior y el exterior. Aparentemente sencillo, pero ignorado o muy descuidado por una gran mayoría.
Un ejercicio interesante es observar cómo han sido resueltas determinadas fachadas de edificios que nos llaman la atención por algo y compararlas con las que no nos atraen nada. Las proporciones entre los diferentes motivos que la integran – ventanas, marcos, texturas, materiales, etc.– son esenciales para alcanzar el equilibrio idóneo que captará nuestro interés. Lo mismo sucede con un proyecto gráfico concreto, también es una particular búsqueda donde cada elemento tiene su justo protagonismo.
En mi Moleskine dibujo marcas que me atraen. Analizo el espacio interno y su relación con el externo. Las recopilo y las mezclo arbitrariamente. Estudio su composición, sobre todo la tipográfica. Aprendo de la dosis de creatividad que respira cada una de ellas. Nutrirte de quien sabe más es un buen camino. Y yo lo sigo.
Fuente: Index book