¡Ay, la ortografía!

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Durante la Guerra Civil Española el cancionero del bando republicano se caracterizó por sus temas cercanos y emotivos. El paso del Ebro fue uno de ellos, una conocida canción que se hizo muy popular entre los combatientes. “¡Ay, Carmela!” formaba parte del estribillo y se repetía a lo largo de toda la melodía. Posteriormente, en 1990, Carlos Saura dirigió la película que lleva el mismo nombre donde una Carmela combativa y decidida, interpretada por Carmen Maura, tuvo un trágico final.

No voy a entrar en el contenido ni en las connotaciones de esta portada de ABC, ni en su juego de palabras asociado a la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, pero sí lo haré en lo que concierne al continente. Más bien a una parte de él. Es decir, incidiré en ese espacio receptor donde la imagen, el color y el resto de elementos descriptivos como los cuerpos de texto cumplen con una función persuasiva. Me centraré en el titular donde se ha tenido en cuenta el diseño y la información pero se ha ignorado la ortografía. No sé por qué razón.

“Ay Carmena” me llama la atención. Y no precisamente por su originalidad, porque otros diarios también recurrieron al mismo concepto. Sino por la ausencia de expresividad motivada por las dos faltas de ortografía que contiene. La primera, la ausencia de la coma para separar las dos palabras. La segunda, ¿dónde están los signos de admiración? Algún diseñador podría decir “todo vale” para llamar la atención, pero no, no es así, y menos en un diario. ¿Recuerdan la ausencia de la tilde en el logotipo de EL PAÍS? Fueron los lectores quienes presionaron para que se incorporara y, finalmente, lo lograron.

“Ay Carmena” ha perdido toda su fuerza. Como titular, su función es la de complementarse con la imagen, pero, lo más importante, es la articulación que ejerce con los colores del fondo. Ahí está su razón de ser. La combinación cromática recuerda la bandera republicana y, a partir de ahí, que cada uno saque sus propias conclusiones sobre la polisemia del mensaje. La interjección “Ay” está a un cuerpo mucho mayor que “Carmena”. El aumento de tamaño no le hace ganar expresividad, simplemente es más grande. La composición está descafeinada porque no está reforzada con unos simples signos cuya función es la exclamación. ¡Porque de lo que se trata es de transmitir emociones!

Pero hay más casos. Estos días se está emitiendo el spot promocional de un hotel de cara a las vacaciones de verano. Está cerrando el anuncio con un “Si!”, sin tilde y solo con un signo de admiración. Estas particulares patadas a la ortografía, al amparo del diseño gráfico mal entendido, no benefician a nadie. Al final, la comunicación es la principal perjudicada.

 

Imagen: Diario ABC

4 responses to this post.

  1. Posted by Melania García on junio 28, 2015 at 10:21 pm

    Nos encontramos, sin duda, ante dos faltas de ortografía muy alarmantes. ¿Qué ha pasado? ¿Acaso la culpa es de la impresión? ¿Del sistema educativo? Tal vez al emplear las mayúscula como sustitutivo de los signos correspondientes, el responsable de este texto crea haber resuelto un problema de espacio o reducido los signos exclamativos a través de este gigantismo ortográfico (no se puede negar, visualmente es bastante «clamativo»- si esa es la intención del escritor-, porque llamativo resulta un rato para los conocedores de la norma).
    Eso me hace replantearme una reflexión gráfica (¡ah!, las analogías): el que a lo lejos oigamos una montaña gritar significa que tal montaña se ha convertido en un gigante. Esa exclamación es la que propicia una respuesta emotiva del público y no su mero tamaño. Dicho esto, ¿fue el doble juego que nos quería colar el escritor, es decir, su intención, o una falta total de respeto hacia la norma gráfica lo que aquí estamos analizando?
    Siempre he sido de la opinión de defender la libertad expresiva del escritor, incluso si atenta contra la norma, porque su finalidad va más allá de lo correctamente establecido (qué se le va a hacer, las reglas están para romperlas). No obstante, de lo que aquí se trata es de un texto periodístico, y considero (exageradamente, por supuesto) que los periodistas son un arma que quiebra la norma. Se toman libertades, sin querer o a posta, al darle una patada a la norma ortográfica apelando a la libertad de expresión.
    Pero no digo nada nuevo, ya el señor Fernando Lázaro Carreter dio cuenta de este caso (<>), el peligro de los medios de comunicación como erróneo símbolo de la expresividad correcta, al señalar que <>.).
    Puede ser un tanto exagerado la última frase de Lázaro, pero estamos de acuerdo que este suceso irreverente que aquí se comenta no es un caso aislado. Como nombré antes, los medios de comunicación son esa arma que ponen en jaque a la RAE, a filólogos, a correctores, etc. porque son los que más rápido y fácil entran en los oídos y ojos del público, portando la rebelde bandera de la «optísima» corrección.
    Así que, ¡cuidado!, no es oro todo lo que la televisión y la prensa escrita nos ofrecen. No caigamos en aceptar lo cómodo, dejando en un rincón todos los estudios y esfuerzos por unificar la norma de la gramática española, por el simple hecho de que aparezca en un periódico o porque así lo dijo la tele.

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  2. Muchas gracias, Melania, por tus sólidos y justificados argumentos. Más allá de «defender la libertad expresiva del escritor» está claro que no se trata de un caso aislado. En televisión hay muchos casos similares, esa es la realidad.

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  3. Posted by Melania García on julio 8, 2015 at 3:13 pm

    Perdón, tengo que hacer una rectificación. Debido a los signos ortográficos se ha cortado la cita de Carreter. Dice así: «Parece como si, dada la consigna de libertad, el ejercicio de ésta consistiera en subvertirlo todo por el hecho de existir y de estas admitidos» (primer paréntesis); «Una actitud así sólo puede conducir a la desintegración del organismo social, a una liquidación de cuanto el hombre ha construido a lo largo de la historia, mezclando en el mismo derrumbamiento tanto de lo inválido como lo valioso.» (segundo paréntesis).

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  4. Gracias, nuevamente, Melania

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